A veces hay honor en las grietas en el momento, algo que Kobe Bryant [Camiseta Los Angeles Lakers tienda online] nunca hizo en dos décadas como un ganador certificado e implacable, algo que era inevitable, comprensible y definitivamente aplaudible en un viernes surrealista en el Staples Center.
La primera voz dominante que se escuchó por el altavoz fue el barítono perteneciente a Lawrence Tanter, tan suave y majestuoso durante cuatro décadas como el locutor público de los Lakers, repentinamente tan estático durante un breve y detectable momento mientras daba la bienvenida a una multitud llena y se abría paso entre ellos. La ceremonia previa al juego.
El segundo vino de LeBron Jame, quien arrojó a un lado una declaración escrita a mano en una hoja de papel, explicando que en lugar de "venderlos (cortos), iré directo al corazón". Luego necesitó algunas respiraciones profundas para ve a través de su improvisada dirección sobre lo que Kobe significó para él, los Lakers y el baloncesto.
Entre esos sonidos llegaron otros que alcanzaron el tenor correcto para una tan esperada y muy necesaria noche de recuerdo. Usher, el cantante de soul, dio una versión de "Amazing Grace" que perteneció un domingo por la mañana, su tono se volvió miel cuando lo más destacado de Bryant fue celebrado por docenas de equipos y atletas de múltiples deportes y países que se disputaron. La arena se volvió oscura para eso, salpicada solo por pequeñas luces de miles de cámaras de teléfonos celulares.
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Y luego, con Ben Hong de la Filarmónica de Los Ángeles tocando el violonchelo, más aspectos destacados de Kobe, completos con sus palabras sobre su filosofía sobre la vida, el trabajo duro, la familia y el deporte por el que vivió, sudo y amaba.
Tan conmovedor, tan rico. Durante los siguientes 10 minutos, fue Kobe en reproducción automática, en sus propias palabras, saltando a través de su viaje de baloncesto, comenzando como un adolescente en la escuela secundaria, que no podía creer su suerte cuando los Lakers hicieron un cambio en el día del draft para él. Luego estaba Kobe, con personalidad en miniatura y alegre, elevándose hacia el estrellato, los brazos de Shaquille O'Neal y una serie de campeonatos. También el crepúsculo Kobe, haciendo una mueca por un desgarrado Aquiles, empujando a través de la rehabilitación y terminando con un signo de exclamación de 60 puntos en su juego final. Por último, el padre Kobe, que adoraba a sus cuatro hijas y enseñaba los puntos más finos del juego al que abrazó el baloncesto, Gigi.
El jugador que fue durante 20 años y el padre apasionado que fue hasta el momento en que el helicóptero se estrelló el domingo en las colinas de Calabasas es lo que resonó con tantos y por qué Staples tuvo el ánimo de una sesión de terapia masiva y la abrazó por completo.
"Esta semana ha sido más sobre la vida que el baloncesto", dijo Vogel.
Tanto antes como durante la ceremonia, miles de fanáticos se reunieron en las calles a las afueras de Staples, incapaces de entrar pero ansiosos por compartir el sentimiento. La multitud comenzó a reunirse el viernes por la mañana alrededor de las 9. Al mediodía, había una marejada, y los improvisados monumentos conmemorativos que salpicaron las aceras alrededor de Staples y el patio de LA Live al otro lado de la calle se habían multiplicado.
Los funcionarios de la arena dijeron que esto no se desperdiciará. En cambio: las pelotas de baloncesto y los tableros grandes con carteles escritos a mano se colocarán en cajas y se enviarán a la familia de Bryant, a pedido. Las flores se convertirán en mantillo y se usarán para fertilizar plantas alrededor de la arena. Las velas serán donadas a refugios.
Pero adentro: a todos se les dio una camisa con 8 en un lado, 24 en el otro. Con los compañeros de viaje de Gigi mirando desde asientos cercanos, dos sillas permanecieron desocupadas por diseño. Estaban cubiertos con camisetas, un número 24 para Bryant, el número 2 para Gigi; padre e hija se sentaron en esos asientos en diciembre para ver a los Lakers jugar contra los Mavericks porque era fanática de Luka Doncic. Fue el último partido de la NBA que vieron juntos.
Los jugadores se inspiraron en eso, y Anthony Davis dijo: "Para mí, se trataba de jugar tan duro como pude sabiendo que eso es lo que él querría que hiciera". Haz mi mejor esfuerzo para hacerlo sentir orgulloso ”.
Frank Vogel y el cuerpo técnico llevaban zapatillas Kobe. Los jugadores se calentaron con camisetas de Kobe y luego camisetas de Kobe para las presentaciones iniciales de la alineación, que eran todo menos rutinarias.
Tanter habló, esta vez sin problemas, con cada guardia y la posición delantera y central sonando concisas y similares: "6-6, vigésima campaña de la Escuela Secundaria Lower Merion, Ko-bee Bryant".
¿Más? Por supuesto mas. Cuando los Lakers caminaron desde el banco hasta la mesa del anotador para registrarse, pasaron por alto un No. 8 recién pintado en la cancha, mientras que los Blazers caminaron sobre un 24. Hubo un momento de silencio de 24.2 segundos, el 24 para Kobe , el 2 para su hija. Además, una violación de 24 segundos para comenzar el juego, seguida de una violación de pista trasera de ocho segundos. A medida que la noche se hizo más profunda, un solo foco permaneció paralizado en las únicas camisetas retiradas visibles que colgaban en las vigas, y su primera suposición es cuál es la correcta.
Los Lakers jugaron con sus emociones en su primera acción en seis días después de volar desde Filadelfia el sábado pasado y comprobar sus teléfonos celulares en estado de shock. También driblaron y dispararon a través de partículas de tiza, lanzadas al aire por LeBron, quien nunca apuntó hacia el cielo después de lanzar hasta esta vez.
Los Lakers presentan a sus cinco titulares como "Kobe Bryant".
Estuvo en silencio desde el accidente, eligiendo guardar sus primeras palabras para el viernes. En su discurso previo al juego, fue directo a lo que importa:
"Se trata de la familia", dijo. “Lo mejor que puedes hacer es apoyarte en los hombros de tu familia. Esto es realmente, verdaderamente, una familia ... Lo veo como una celebración esta noche. Esta noche celebramos al niño que vino aquí a los 18 años y se retiró a los 38. Kobe es un hermano para mí. Todas las batallas que tuvimos en mi carrera, lo único que compartimos es la determinación que teníamos que querer ganar ... Quiero continuar su legado, no solo este año, sino por cuánto tiempo jugamos al baloncesto porque eso es lo que amamos . "
Hubo un juego de baloncesto envuelto en un homenaje. Fue el tercer juego de Portland desde la muerte de Kobe. Los Blazers, más flojos y menos agobiados, ganaron 127-119 para los interesados.
El verdadero final fue proporcionado horas antes del timbre por LeBron en su homenaje. Jugó el papel de cerrador, al igual que Kobe, al citar el cierre final del juego de Kobe con un giro:
“En palabras de Kobe Bryant, 'Mamba Out', pero en palabras de nosotros, 'no olvidado'. Sigue vivo, hermano ".
